El Programa de Transparencia y Ética Empresarial (PTEE) emerge como una herramienta fundamental en la lucha contra la corrupción y el soborno, dos males que corroen la integridad tanto de las empresas como de la sociedad en su conjunto. Establecido por la Superintendencia de Sociedades, este programa constituye un marco de políticas y procedimientos diseñados para identificar, prevenir y gestionar los riesgos asociados con prácticas corruptas o de soborno transnacional. Profundicemos en las características esenciales que definen este programa y su importancia para las empresas.
1. Matriz de Riesgo Personalizada:
El PTEE requiere que cada entidad desarrolle una matriz de riesgo que identifique y evalúe en detalle los riesgos de corrupción y soborno transnacional, adaptados a las particularidades de su sector económico, terceros involucrados y tipos de contratos estatales, entre otros factores relevantes.
2. Aprobación por la Junta Directiva o Máximo Órgano Social:
Es imprescindible que el PTEE sea aprobado por la junta directiva o el máximo órgano social de la empresa, garantizando así su respaldo institucional y compromiso con la ética empresarial.
3. Personalización y Adaptación a los Niveles de Riesgo:
El programa debe ser diseñado y desarrollado considerando las condiciones y niveles de riesgo específicos de cada entidad, asegurando una aplicación efectiva y ajustada a sus necesidades y entorno.
4. Prevención, Detección y Corrección de Situaciones de Riesgo:
El PTEE debe permitir a la entidad prevenir, detectar y corregir situaciones con potencialidad de convertirse en infracciones de soborno transnacional u otras formas de corrupción, fortaleciendo así la cultura de transparencia y ética empresarial.
5. Metodologías de Segmentación y Clasificación de Riesgos:
Se requiere la implementación de metodologías claras de segmentación y clasificación de los factores de riesgo de corrupción y soborno transnacional, facilitando su identificación y gestión eficaz.
6. Mecanismos de Identificación, Medición, Evaluación, Control y Monitoreo:
El PTEE debe contar con mecanismos sólidos para identificar, medir, evaluar, controlar y monitorear los riesgos de corrupción y soborno transnacional, permitiendo una gestión proactiva y eficiente.
7. Designación de un Oficial de Cumplimiento:
Es crucial que la entidad designe un oficial de cumplimiento con los recursos, independencia y capacidad de decisión necesarios para garantizar el cumplimiento efectivo del PTEE y las disposiciones legales pertinentes.
8. Cumplimiento de Obligaciones Documentadas:
Todos los órganos y personas responsables de implementar el PTEE deben cumplir y documentar sus obligaciones y funciones mínimas establecidas en la normativa correspondiente.
9. Realización de Procedimientos de Debida Diligencia:
La entidad debe llevar a cabo procedimientos de debida diligencia conforme a las disposiciones del PTEE, asegurando una evaluación exhaustiva de terceros y contratistas para mitigar los riesgos de corrupción y soborno transnacional.
10. Medición de la Efectividad del PTEE:
Es fundamental contar con mecanismos que permitan medir la efectividad del PTEE, evaluando su impacto y realizando ajustes necesarios para fortalecer su eficacia en la prevención y gestión de riesgos.
11. Divulgación Efectiva del PTEE:
La entidad debe divulgar efectivamente su PTEE, tanto dentro de la organización como hacia sus partes interesadas externas, promoviendo la transparencia y el compromiso con la ética empresarial.
12. Capacitación sobre Prevención y Gestión de Riesgos:
Es esencial que la entidad realice capacitaciones periódicas sobre la prevención, autocontrol y gestión de riesgos de corrupción y soborno transnacional, involucrando a empleados, asociados, administradores, contratistas y demás partes interesadas.
En conclusión, el Programa de Transparencia y Ética Empresarial representa un pilar fundamental en la promoción de una cultura organizacional basada en la integridad, la transparencia y el cumplimiento ético de las normativas. Su implementación eficaz no solo fortalece la reputación y el buen gobierno corporativo de las empresas, sino que también contribuye al desarrollo sostenible y al fortalecimiento de la confianza de la sociedad en el sector empresarial.